Los síntomas obsesivo compulsivos varían en complejidad, desde actos ordinarios y triviales golpear un mueble con los dedos, contar, chasquear los dedos, expresar una palabra o frase fija una y otra vez, imaginar un sonido o una escena establecida— hasta los ceremoniales más complejos, llevados a cabo en una secuencia fija e invariable. Algunos síntomas parecen superficialmente absurdos o ridículos; otros, humillantes, horripilantes o asquerosos; otros, llenos de peligro; los hay que están limitados a dudas, meditaciones o especulaciones sobre dudas abstractas, en las que no participa ningún sentimiento.