El detonante se produjo el 28 de junio de 1914, cuando un joven nacionalista, Gavrilo Princip, asesinó al archiduque Francisco Fernando y a su esposa, los herederos del trono austro-húngaro.
Tras el atentado, Austria-Hungría exigió duras medidas contra el movimiento paneslavista al que pertenecía el asesino, sin embargo, Serbia se negó al verse apoyada por Francia, Reino Unido y con más tardía, por Rusia.