Superan y resisten la percepción más inmediata y sensible. Es decir, pueden comprenderse emocionalmente, y emocionar a otros, ya que el resto también tienen emociones, que ellos las producen, y se sienten orgullosos, agradecidos, etc. Aún más, no se fijan solo en las expresiones faciales, pueden leer más allá de lo observable (no hay una única expresión facial e inequívoca para ciertas emociones, y el niño puede reconocerlas, mientras que los que tienen espectro autista no)