Objetivos de autonomía y desarrollo, se combinan con una proyección geográfica hacia América Latina y África. Por su parte México, que aspira a superar su crisis de identidad regional (Pellicer, 2006) (cada vez más inserto en el espacio de América del Norte, pero a la vez es histórica, cultural y políticamente latinoamericano) impulsa un proyecto que cumple múltiples propósitos: fortalecer su pertenencia latinoamericana; corregir una influencia regional declinante, particularmente en Sudamérica donde quedo excluido de los regionalismos recientes; diversificar su presencia internacional