Considera que este absoluto es tanto sujeto, porque es espíritu, como objeto, porque no hay idea o concepto sin contenido, pero que no es propiamente más que como resultado -«de lo absoluto debe decirse que es esencialmente resultado»-, porque todo cuanto existe no es más que un momento del desarrollo de la idea inicial, que por ley dialéctica se exterioriza en sucesivas determinaciones, o alienaciones, de sí misma (por procesos de tesis, antítesis y síntesis), hasta su realización como «verdadero en sí y para sí», esto es, espíritu absoluto, o saber absoluto.