El oído constituye el órgano receptor de las señales sonoras y de discriminación de la dirección del sonido para el velocista ciego o débil visual profundo, la actividad de este órgano es de vital importancia, el cual va a contribuir con estas personas, y muy especial en aquellas dispuestas a realizar actividades deportivas en este caso, en disciplinas cuya esencia está en el desplazamiento veloz, y que la realicen lo más uniforme posible, con la ayuda que le pueda brindar su guía.