Aunque el formato es variable, de acuerdo con los objetivos de la evaluación y con la persona que lo solicita, debe utilizarse siempre un lenguaje claro. Spreen y Strauss (1998) recomiendan que todos los informes neuropsicológicos deben contener cierta información básica: datos del paciente, motivo de la evaluación, datos relevantes de su historia, revisión de informes previos, datos provistos por los acompañantes, observación durante la entrevista y la administración de los
test, resultados e interpretación de las pruebas, resumen diagnóstico, recomendaciones y orientaciones.