El grupo tiene una fuerte cohesión afectiva: de los miembros entre sí y de éstos con el líder. Se considera autosuficiente y se aísla rompiendo las relaciones, con el mundo externo, considerado, en general, muy negativamente. No hay lugar para el diálogo, sino sólo para el proselitismo. La caridad se ejerce sólo dentro del grupo, o con la finalidad de captar adeptos.