Lázaro se cansó de tanto castigo y un día, estando frente a un muro,le dijo: –Amó, salte con todas sus fuerzas porque hay unrío ytenemos que saltar. Entonces el ciego, confiando en sus palabras, saltóyse estrelló contra elpilar. Luego, antes de que el ciego se ponga en pies, Lázaro lo abandonó