Si este reflejo no se integra en su debido tiempo, cuando comience a caminar el niño, hará que se desequilibre hacia adelante o hacia atrás (Ayres, 1979-1982, en Goddard, 2005), impidiendo la consecución del patrón de locomoción. Además, tendrá problemas al combinar el sistema vestibular con el resto de los sentidos como, por ejemplo, la visión. Esto es así ya que el arco reflejo implicado en el control de la cabeza es el mismo que el encargado del funcionamiento de los ojos: el vestíbulo-ocular