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Fisiología del gusto y su relación con el sentido del olfato
Quimiorreceptores en papilas gustativas
yemas gustativas y microvellosidades ( poros)
Receptores de membrana sensibles a moléculas químicas
Las neuronas olfatorias se ubican en una región especializada de la mucosa nasal de color amarillento conocida como epitelio olfatorio.
Los axones de las neuronas olfatorias atraviesan la placa cribiforme del etmoides para penetrar a los bulbos olfatorios
Neuronas olfatorias incrustadas en el epitelio olfatorio del nicho dorsal posterior de la cavidad nasal
Estas neuronas proyectan axones hacia el bulbo olfatorio del encéfalo, una estructura ovoide pequeña que yace sobre la placa cribiforme del hueso etmoides.
Estructura del epitelio olfatorio.
Se conocen tres tipos de células: neuronas olfatorias, células de soporte y células primordiales basales en la base del epitelio.
Cada neurona sensitiva posee una dendrita que se proyecta hacia la superficie epitelial.
Cilios numerosos se prolongan hacia la capa mucosa que reviste la luz nasal.
Un solo axón se proyecta de cada neurona hasta el bulbo olfatorio.
Relación
La activación de esta última es mayor en el lado derecho que en el izquierdo y, por consiguiente, la representación cortical del olfato es asimétrica.
La trayectoria hacia la amígdala participa en las reacciones emocionales a los estímulos olfatorios, mientras que la trayectoria hasta la corteza entorrinal interviene en las memorias olfatorias.
Los glomérulos olfatorios tienen inhibición lateral regulada por las células periglomerulares y granulares.
Este fenómeno agudiza y concentra las señales olfatorias
Además, el potencial del campo extracelular en cada glomérulo varía y las células granulares al parecer regulan la frecuencia de esta variación.
Se desconoce la función exacta de dicha variación, pero quizá también ayuda a concentrar las señales olfatorias que llegan a la corteza.
Las señales que provienen de las papilas gustativas viajan a través de distintos nervios hasta las áreas gustativas del núcleo del haz solitario, el cual reenvía la información al tálamo; este último proyecta dicha información hacia la corteza gustativa.
El epitelio olfatorio está cubierto por una capa delgada de moco, el cual es secretado por las células de soporte y las glándulas de Bowman, que yacen bajo del epitelio.
El moco baña los receptores odorantes de los cilios y proporciona el ambiente tanto molecular como iónico adecuado para la detección de olores.
Transferencia de las señales en un receptor de odorantes.
Los receptores olfatorios son receptores enlazados a una proteína G que se disocian al unirse con el odorante.
La subunidad α de las proteínas G activa la adenilo ciclasa para que catalice la producción de monofosfato de adenosina cíclico (cAMP).
Este último actúa como segundo mensajero para abrir los conductos de cationes.
La difusión de iones sodio y calcio (Na+ y Ca2+) hacia el interior provoca despolarización.
La secuencia de aminoácidos de los receptores odorantes difiere,pero todos los receptores odorantes se enlazan a proteínas G heterotriméricas
Cuando una molécula aromática se enlaza con su receptor, las subunidades de proteína G (α, β, γ) se disocian
La subunidad α activa la adenilo ciclasa para que catalice la producción de monofosfato de adenosina cíclico (cAMP), que actúa como segundo mensajero para abrir los conductos de cationes, lo cual genera una corriente hacia el interior dirigida por iones calcio (Ca2+)
De esta manera, se origina el potencial regulado de los receptores, que produce un potencial de acción en el nervio olfatorio.