A un análisis similar podrían someterse todas las significaciones imaginarias sociales centrales -ya sea la familia, la ley o el Estado-, porque, antes de considerar que estos términos se refieren a otras tantas "instituciones", en el sentido segundo y corriente de la pala bra, sería necesario preguntarse cómo, por medio de qué y a partir de qué un determinado conjunto de hechos, actos, etc., van a ser planteados por una sociedad como, por ejemplo, hechos o actos "jurídicos".
Las significaciones imaginarias sociales nos confrontan con un modo de ser primario, originario, irreductible, y sobre el que, una vez más, debemos reflexionar partiendo de éste mismo, sin someter lo por anticipado a unos esquemas lógico-ontológicos ya disponibles. La reflexión bien podrá intentar tomarlas explícitamente y en sí como objeto, y plantearlas como noemas de una noesis, pero esto si gue siendo un fenómeno segundo y secundario, y la posibilidad de semejante reflexión (problemática en rigor y, de todos modos, his tóricamente tardía) se halla también condicionada por las significa ciones imaginarias sociales.