Estado, Sociedad y Educación
el tema del Estado Docente no deja de tener importancia. es un asunto al cual se le brinda atención no sólo desde la perspectiva de lo que significo en ele pasado , sino en cuanto a lo que representa hoy y a su proyección en el el pasado, sino en cuanto a lo que representa hoy y a su proyección en el futuro.
Es un tema que, además de mantener su vigencia, no ha perdido su carácter polémico en el debate sobre la problemática educacional.
Docente, y hecha visible en las posiciones contrapuestas respecto al papel del Estado en la educación, ha variado de matices e incorporado nuevos ingredientes a lo largo de los años en diferentes contextos
nacionales.
Pero cuidado, no estamos obligados necesariamente, por ningún motivo, a excluir ni a minimizar el papel rector del Estado independientemente de que no perdamos de vista que en distintas partes del mundo de hoy se tenga como consigna que la tarea de educar compromete a todas las personas, los esta son las instituciones.
Estamos obligados a reflexionar si no ha habido o es necesario un cambio sustantivo en las áreas de intervención estatal ,en la definición de los actores y en los criterios o propósitos que habrían de orientar tal intervención.
el Estado Docente ha significado, asimismo, un proceso de cambio en las exigencias de formación de los ciudadanos, en función de los fundamentos del estado y bajo la inspiración de una u otra concepción de la educación.
La definición de prioridades mediante mecanismos de concertación democrática con otros actores de la sociedad; la evaluación de resultados y su amplia difusión entre los usuarios; y la protección especial a los grupos
socialmente vulnerables
Sin duda alguna, en el caso latinoamericano estamos obligados a prestarle mayor atención a la dimensión política del contexto en el cual se organiza ese “Estado oligárquico”, ya que tal especificidad aportó sus ingredientes particulares en las motivaciones subyacentes a las preocupaciones expresadas en nuestros países por establecer los sistemas de instrucción pública.
lo correcto seria participar en un intercambio de ideas acerca del
significado, las bondades y los problemas.
No se trata de que en nuestro país dejemos de reconocer o minimicemos el papel de la educación en la equidad social .En modo alguno ésta se ha de poner en cuestión como objetivo de la política educativa. Al contrario, estamos plenamente conscientes de que la educación.
es necesario que tomemos mayor conciencia de los distintos fundamentos en los cuales el estado, en los diferentes países, se ha basado y se apoya aún para asumir su compromiso con la educación.
nos referimos a la formación y consolidación en cada una de ellos de una nueva organización política que a principios del siglo XIX asumió, de uno u otro modo, la responsabilidad de la educación como una de sus prerrogativas.
No podemos dejar de insistir en que esto es fundamental para poner tal asunto a resguardo de una controversia estéril; p pues, de poco sirve que el debate se dé en los términos de un maniqueísmo que lleve a satanizar o a endiosar las competencias del Estado en materia educativa
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Si no tenemos claras tales implicaciones, careceríamos de un elemento clave para entender y valorar los discursos y las acciones de los actores fundamentales del activismo estatal en el ámbito educativo. Un debate sobre el Estado Docente que haga abstracción de esos fundamentos no sería nada alentador ni productivo, sino generador : de muchas confusiones.
al hablarse de educación prevalece una determinada concepción de ésta.
Esto es una dimensión importante de la discusión que no debemos ni podemos dejar a un lado.
Esta función, que le es asignada a la educación, estaría en sintonía con el rol del Estado en cuanto a: la responsabilidad de convocar a los distintos actores de la sociedad al diálogo, a la negociación, a la concertación, por una parte, y al manejo efectivo de la tensión existente entre los procesos de concertación y toma de decisiones para garantizar la equidad, por la otra.
el Estado está llamado a asumir una doble responsabilidad: por un lado, propiciar y hacer
posible procesos de negociación y concertación política con todos los actores sociales para la toma de decisiones educativas; y, por otra parte, procurar la equidad sin menoscabo de los intereses generales
Si en verdad estamos convencidos de la gran importancia del conocimiento en el mundo de hoy así como del papel que juega la educación en su producción y distribución el Estado está obligado a redimensionar su rol en materia educativa.
Se postula que en un contexto como éste –donde se prevé que los conflictos más significativos se
darán en torno al control de la producción y distribución de la información y el conocimiento a concertación
sobre las políticas educativas es fundamental, pues implica abrir un espacio importante para la discusión y la negociación pública con los distintos actores acerca de sus opciones educativas, ante la crisis de las instituciones del Estado-nación provocada por la globalización y la pérdida de control democrático sobre un conjunto de decisiones políticas que ésta, asimismo, ha generado,
Y más en el caso de un país como el nuestro, en el cual, según los resultados de varios estudios, la pobreza ha aumentado significativamente en los últimos años ,ante la ausencia de políticas efectivas de
equidad social por parte de un régimen que ha administrado una inmensa cantidad de recursos.
las políticas de equidad social –que garantizarían niveles básicos de salud y nutrición y aceptables condiciones materiales y afectivas de vida en
general– constituyen una condición necesaria de las políticas educativas.