La principal limitante en la gestión del riesgo es que, en ocasiones, por más que se prepare para afrontar un riesgo, no se puede predecir cómo será el comportamiento de la realidad social, por lo que no se tendrá una garantía del cien por ciento de que las medidas adoptadas para la gestión del riesgo realmente funcionarán. De tal manera que la incertidumbre no podrá quitarse al cien por ciento jamás. No obstante, si se realiza una buena identificación y análisis de riesgos, se tendrán mayores probabilidades de supervivencia ante un evento negativo.