Este proceso natural se transforma en algo dañino para el planeta y, por tanto, para toda la vida que hay en él, debido a la actividad humana contaminante, así, los humanos con nuestras actividades diarias, como fabricar, ir en coche, usar sprays o practicar la ganadería intensiva e industrial, contaminamos el entorno llenándolo de gases de efecto invernadero. Estos, suben hasta la atmósfera y quedan retenidos, impidiendo que el calor que sube de la superficie pueda ser expulsado correctamente por la atmósfera y se quede retenido, exactamente lo que sucede en un invernadero de plantas, produciendo una aceleración del aumento de la temperatura en el planeta.