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UC2. TRASTORNOS GENERALIZADOS DEL DESARROLLO - Coggle Diagram
UC2. TRASTORNOS GENERALIZADOS DEL DESARROLLO
EL AUTISMO: RECORRIDO HISTÓRICO
Reto teórico:
Ausencia de marcadores biológicos-neurológicos específicos.
Ausencia de un único marcador genético evidente.
Enorme variabilidad sintomatológica que se da en las personas con autismo.
Severidad de los síntomas.
L. Kanner (1943): aborda el conjunto de síntomas que ahora se conoce como autismo. Asperger también comienza el inicio de la investigación del desarrollo del abordaje terapéutico del TEA.
Anteriormente: patrones afectivos, especialmente la falta de afecto de la madre hacia su hijo, como causa del autismo.
Los estudios posteriores (a partir de los 60) asocian el origen del TEA a causas genéticas.
Tríada de alteraciones de Wing
Área socioafectiva:
Aislamiento social
Desviación de los patrones socioafectivos
esperables.
Puede manifestarse desde un aislamiento completo hasta formas de acercamientos torpes y peculiares (formas de acercarse a los niños extraña).
Área del lenguaje
y la comunicación:
Dificultades de comprensión.
Dificultades uso de lenguaje oral.
Dificultades uso de lenguaje no oral.
En unas personas sería mutismo total y en otras de torpeza conversacional o peculiaridad.
Patrones de flexibilidad y de juego e intereses:
Conductas repetitivas.
Ausencia juego simbólico.
Patrón limitado de intereses.
Presencia de rituales.
Temas de interés obsesivos.
Wing y Gould (1979):
Estos autores cambian el concepto que se tenía del autismo hasta esos días. Ponen de manifiesto la heterogeneidad de los síntomas del TEA y la necesidad de integrarlos en una concepción que permita diferenciar de unas personas a otras.
Martos (2001):
indica que una parte de las personas que manifiestan trastornos mentales presentan también síntomas asociados al autismo. De aquí surge el concepto de espectro autista, es decir, que la triada de alteraciones se pueden manifestar en distintos grados dentro de un único niño. Un mismo paciente puede presentar diferentes áreas de dimensión afectadas, no tendría por qué ser las tres.
Diagrama p.8:
todas las personas con autismo forman parte de los TGDNE (trastorno generalizado de desarrollo no especificado) y del espectro autista pero no todas las personas con TGDNE son personas con autismo.
CLASIFICACIÓN DSM-IV
Criterios para el diagnóstico del trastorno autista
Existe un total de 6 (o más) ítems de los puntos 1, 2 y 3.
1. Alteración cualitativa de la interacción social:
Importante alteración del uso de múltiples comportamientos no verbales (contacto ocular, expresión facial, posturas corporales y gestos reguladores de la interacción social.)
Incapacidad para desarrollar relaciones con compañeros adecuadas al nivel de desarrollo.
Ausencia de la tendencia espontánea para compartir con otras personas disfrutes, intereses y objetivos (mostrar, traer o señalar objetos de interés).
Falta de reciprocidad social o emocional.
Para el diagnóstico del autismo el niño tiene que presentar
dos ítems afectados de estos cuatro:
2. Alteración cualitativa de la comunicación:
Para diagnóstico del autismo debe presentar
un ítem de estos cuatro:
Retraso o ausencia total del desarrollo del lenguaje oral (no acompañado de intentos para compensarlo mediante modos alternativos de comunicación, tales como gestos o mímica).
En sujetos con un habla adecuada: alteración importante de la capacidad para iniciar o mantener una conversación con otros.
Utilización estereotipada y repetitiva del lenguaje o lenguaje idiosincrásico.
Ausencia de juego realista espontáneo, variado, o de juego imitativo social propio del nivel de desarrollo.
3. Patrones de comportamiento, intereses y actividades restringidos, repetitivos y estereotipados:
Para el diagnóstico del autismo debe presentar como mínimo uno de los siguientes patrones de comportamiento:
Preocupación absorbente por uno o más patrones estereotipados y restrictivos de interés (anormal, sea en su intensidad, sea en su objetivo).
Adhesión aparentemente inflexible a rutinas o rituales específicos, no funcionales.
Manierismos motores estereotipados y repetitivos (sacudir o girar las manos o dedos, o movimientos complejos de todo el cuerpo)
Preocupación persistente por partes de objetos
Retraso o funcionamiento anormal
en por lo menos una de las siguientes áreas, que aparece
antes de los 3 años de edad:
Interacción social.
Lenguaje utilizado en la comunicación social
Juego simbólico o imaginativo.
El trastorno no se explica mejor por la presencia de un trastorno de Rett o de un trastorno desintegrativo infantil. (Solo tiene que haber autismo, es decir, no se puede explicar el autismo por otro síndrome.)
Criterios para el diagnóstico de Trastorno de Rett
Es un síndrome genético ligado al cromosoma X, por ello, se da más en mujeres que en hombres. En los hombres es inviable en la mayoría de los casos, por lo que cuando esto pasa, no llegan a nacer.
1. Tienen que darse todas las características siguientes:
Desarrollo prenatal y perinatal aparentemente normal.
Desarrollo psicomotor aparentemente normal durante los primeros 5 meses después del nacimiento.
Circunferencia craneal normal en el nacimiento.
2. Aparición de todas las características siguientes después del periodo de desarrollo normal:
Desaceleración del crecimiento craneal entre los 5 y 48 meses de edad.
Pérdida de habilidades manuales intencionales previamente adquiridas entre los 5 y 30 meses de edad, con el subsiguiente desarrollo de movimientos manuales estereotipados (p. ej., escribir o lavarse las manos).
Pérdida de implicación social en el inicio del trastorno (con frecuencia la interacción social se desarrolla posteriormente).
Mala coordinación de la marcha o de los movimientos del tronco.
Desarrollo del lenguaje expresivo y receptivo gravemente afectado, con retraso psicomotor grave.
Características físicas:
Cabeza pequeña.
Puente nasal bajo.
Epicantos: formación de pliegues cutáneos en los párpados que se extienden hasta el canto medial.
Perfil mediofacial plano.
Surco nasolabial liso.
Mandíbula subdesarrollada.
Nariz corta
Aberturas oculares pequeñas
Labio superior delgado.
Trastorno desintegrativo infantil
Desarrollo aparentemente normal durante por lo menos los primeros 2 años: presencia de comunicación verbal y no verba, relaciones sociales, juego y comportamiento adaptativo apropiados a la edad del sujeto.
Entre los 2 y los 10 años es cuando se diagnostica este trastorno,
ya que hasta los 2 años el desarrollo es prácticamente normal.
La prevalencia de este trastorno es bastante baja.
2. Pérdida clínicamente significativa de habilidades previamente adquiridas
(antes de los 10 años), en al menos
dos de las siguientes áreas:
Lenguaje expresivo o receptivo.
Habilidades sociales o comportamiento adaptativo.
Control intestinal o vesical.
Juego.
Habilidades motoras.
3. Anormalidades en al menos dos de las siguientes áreas:
Alteración cualitativa de la interacción social:
Alteración de comportamientos no verbales.
Incapacidad para desarrollar relaciones con compañeros.
Ausencia de reciprocidad social o emocional.
Alteraciones cualitativas de comunicación:
Retraso o ausencia de lenguaje hablado.
Incapacidad para iniciar o sostener una conversación.
Utilización estereotipada y repetitiva del lenguaje.
Ausencia de juego realista variado.
Patrones de comportamiento, intereses y actividades restrictivos, repetitivos y estereotipados
(incluyen estereotipias motoras y manierismos).
El trastorno no se explica mejor por la presencia de otro trastorno generalizado del desarrollo o de esquizofrenia.
Criterios diagnósticos para el Trastorno de Asperger
Alteración cualitativa de la interacción social en al menos
dos de las siguientes características:
Importante alteración del uso de múltiples comportamientos no verbales (contacto ocular, expresión facial, posturas corporales y gestos reguladores de la interacción social).
Incapacidad para desarrollar relaciones con compañeros apropiadas al nivel de desarrollo del sujeto.
Ausencia de la tendencia espontánea a compartir disfrutes, intereses y objetivos con otras personas (no mostrar, traer o enseñar a otras personas objetos de interés).
Ausencia de reciprocidad social o emocional.
Patrones de comportamiento, intereses y actividades restrictivos, repetitivos y estereotipados
, manifestados al menos, por
una de las siguientes características:
Preocupación absorbente por uno o más patrones de interés estereotipados y restrictivos que son anormales (sea por su
intensidad, sea por su objetivo).
Adhesión aparentemente inflexible a rutinas o rituales específicos, no funcionales.
Manierismos motores estereotipados y repetitivos (acudir o girar manos o dedos, o movimientos complejos de todo el cuerpo).
Preocupación persistente por partes de objetos.
El trastorno causa un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, labora y otras áreas importantes de la actividad del individuo.
No hay retraso general del lenguaje clínicamente significativo (ej., a los 2 años de edad utiliza palabras sencillas, a los 3 años de edad utiliza frases comunicativas).Se confunde mucho con el autismo de alto funcionamiento. Buen CI, no retraso cognitivo ni a nivel lingüístico.
No hay retraso clínicamente significativo del desarrollo cognoscitivo ni del desarrollo de habilidades de autoayuda propias de la edad:
Comportamiento adaptativo (distinto de la interacción social).
Curiosidad acerca del ambiente durante la infancia.
No cumple los criterios de otro trastorno generalizado del desarrollo ni de esquizofrenia.
DETECCIÓN PRECOZ
Antes de los 3 años.
Después de los 5 años.
Detección temprana supone:
Generalización de un comportamiento adaptativo.
Mejoras en la comunicación.
Habilidades funcionales en general.
Una familia que tiene un hijo con autismo, tiene una probabilidad del 5% de tener un segundo hijo con TEA y aún mayor probabilidad de tener un segundo hijo que presente algún tipo de alteración del desarrollo menos específica.
Gracias a la detección precoz podemos ofrecer al niño desde el primer momento de escolarización las siguientes posibilidades:
Inclusión educativa en centros ordinarios, con personal de apoyo.
Centros preferentes para niños con TEA, con un aula con número reducido de niños (4-5). Objetivo: inclusión.
Centros de educación especial que pueden tener o no un aula específica para niños con TEA.
Centros específicos de autismo.
Educación combinada: el niño pasa parte de su jornada educativa en un centro ordinario y parte de ella, en un centro de educación especial.
La detección precoz influye positivamente no sólo en el niño sino en la familia.
Cuando hay diagnóstico:
Estabilidad emocional.
Calidad de vida.
Cuando no hay diagnóstico:
Niveles de ansiedad muy altos.
Estrés.
Angustia.
Inseguridad.
Recibir un diagnóstico, implica que “se pueden poner en marcha”. Comienzan a buscar, orientados por los profesionales, respuestas terapéuticas adecuadas. Pueden comenzar a leer y a aprender a "enseñar a sus hijos". TODO COMIENZA A TENER SENTIDO.
SIGNOS DE ALARMA
Pueden ser:
Heterogéneo.
Variar de un niño a otro.
Variar en un mismo niño a lo largo de su desarrollo.
Síntomas generales:
No muestra balbuceo a los 12 meses de edad.
No hay gestos sociales a los 12 meses.
Ausencia de palabras a los 16 meses.
No hay frases simples de dos palabras a los 24 meses.
Pérdida de lenguaje o habilidades sociales a cualquier edad.
Síntomas del primer año de vida
No responde cuando se le llama por su nombre.
Falta de interés en juegos de interacción social.
Ausencia de atención conjunta (no alterna la mirada entre un objeto y el adulto).
Ausencia de imitación espontánea de forma generalizada (gestos y acciones de los demás, uso de objetos, etc.)
Ausencia de balbuceo social y comunicativo.
Falta de sonrisa social.
Ausencia de gestos comunicativos (apenas señala para pedir, no señala para mostrar interés por algo, ausencia de gestos sociales como decir adiós).
Tono muscular, postura y patrones de movimiento normales.
No mira hacia donde otros señalan.
Dificultad para dirigir su mirada en la misma dirección en que mira otra persona.
Falta de interés por juguetes o presencia de formas repetitivas de juegos (alinear los objetos, abrir y cerrar puertas, encender y apagar luces, etc).
Síntomas después del primer años de vida
Ausencia de palabras o frases simples.
Escaso interés por otros niños.
Intereses restringidos o movimientos repetitivos (aleteos, carreritas sin sentido aparente, movimientos oscilatorios con el cuerpo, agitar objetos, etc)
Regresión en el uso de palabras o frases
y en la implicación social.
Ausencia de juego funcional o simbólico.
Ausencia o escasa exploración visual activa del entorno.
Tendencia a fijarse visualmente en estímulos u objetos (luces, cosas que giran, etc).
Alteraciones en el desarrollo de la interacción social, la respuesta emocional y en el juego.
Escasez de expresiones emocionales acompañadas de contacto ocular asociadas a situaciones específicas.
Hiper o hiposensibilidad a los ruidos u otras formas de estimulación ambiental (taparse los oídos ante diferentes
ruidos o buscarlos de forma intencional).