A lo largo de las décadas, varios millones de migrantes centroamericanos han buscado oportunidades, refugio y estabilidad en los Estados Unidos, impulsados por una combinación de factores que incluyen economías en dificultades, violencia, gobiernos corruptos y el deseo de reunificarse con familiares que emigraron en periodos anteriores o de encontrar un trabajo que sustenta a la familia. A pesar de que los medios en los últimos años se han enfocado en la llegada de menores no acompañados y familias, principalmente de El Salvador, Guatemala y Honduras, en el 2019 la mayor parte de los 3.8 millones de inmigrantes centroamericanos en los Estados Unidos vivían en el país por al menos una década.