De los alimentos mencionados, las carnes rojas y procesadas son las que generan mayor preocupación con respecto al riesgo de cáncer. Las carnes rojas incluyen el cerdo, la res, la ternera y el cordero. La carne procesada incluye tocino, jamón, embutidos, carne seca, salchichas, salame y otros productos de charcutería. Toda la carne procesada cualquiera sea la cantidad y más de 18 onzas de carne fresca por semana están estrechamente asociadas con el riesgo de cáncer
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