Please enable JavaScript.
Coggle requires JavaScript to display documents.
GUERRA COLONIAL Y CRISIS DE 1898 - Coggle Diagram
GUERRA COLONIAL Y CRISIS DE 1898
EL CONFLICTO CUBANO
El problema de la secesión cubana no puede ser considerado, por tanto, de la misma manera que el de la América continental, la que se perdió tras la batalla de Ayacucho.
Cuba y Puerto Rico eran sentidas desde la Península de manera similar a como lo eran las Baleares o las Canarias.
En Cuba, la guerra independentista era un fenómeno popular entre las clases inferiores, especialmente entre los campesinos.
Por cuanto se refiere a los campesinos, el recuerdo de la esclavitud y la persistencia del esclavismo en la isla hasta tiempos muy tardíos fue un factor decisivo para que la mayoría de la población, especialmente los campesinos negros o mulatos, se sumaran a la rebelión.
El general Martínez Campos se dio cuenta rápidamente de que la revuelta cubana era no sólo popular, sino también revolucionaria y con escasas posibilidades de poder ser sofocada.
En España, la popularidad de la guerra
era también prácticamente unánime.
Sólo el Partido Socialista Obrero Español
se manifestaba contrario a ella.
Muchas familias cubanas y españolas se encontraban repartidas entre ambos territorios y no deseaban en modo alguno perder su identidad española, sus vínculos nacionales con España.
La economía cubana había entrado progresivamente en la órbita económica de los Estados Unidos.
El desarrollo del mercado norteamericano, la proximidad a la isla de Cuba y la capacidad de la economía norteamericana para absorber la producción cubana hacían de los Estados Unidos el mercado natural de la isla.
Tanto en Cuba como en España o en Norteamérica se era consciente de que la guerra independentista cubana podría desembocar en un enfrentamiento directo entre España y los Estados Unidos.
Durante tres siglos la soberanía se había mantenido gracias a una fuerza militar, no muy amplia, y a la presencia en las
islas de varias órdenes religiosas.
LOS HECHOS: LA “GUERRA DE LAS TROCHAS” Y LA INTERVENCIÓNNORTEAMERICANA EN CUBA.
Antecedentes.
En 1868 comenzaron en Cuba los movimientos autonomistas, cuando se produjo una sublevación popular dirigida por Manuel de Céspedes.
A partir de la Paz de Zanjón (1878) por la que el general Martínez Campos se comprometió a conceder a Cuba formas de autogobierno y la abolición formal de la esclavitud en 1873,
Durante la Restauración se fundaron en Cuba dos partidos, el Liberal Autonomista, que recogía las aspiraciones de autogobierno, y la Unión Constitucional.
La intervención norteamericana.
En el mes de febrero de 1898 estalló en el puerto de La Habana el acorazado
Maine, de la Marina de los Estados Unidos muriendo 260 miembros de su tripulación.
Las fuerzas terrestres españolas dieron en Cuba el ejemplo que no supieron
dar los políticos y las oligarquías del sistema en aquel momento decisivo.
el problema más grave era el armamento
inadecuado de los navíos de guerra, claramente inferior al norteamericano y de menos alcance.
Las islas Filipinas se perdieron igualmente tras el desastre de Cavite (Filipinas),
anterior al de Santiago de Cuba.
Por la Paz de París del
10 de Diciembre de 1898, nuestro país tuvo que renunciar a Cuba y ceder
Puerto Rico, Guam y las Filipinas a los Estados Unidos.
Los hechos: la guerra entre 1895-1898.
El año 1895 se reinició la sublevación con el Grito de Baire, siendo enviado el
general Martínez Campos para sofocar el levantamiento.
una sublevación más extensa que las anteriores y con características revolucionarias, que contaba además con el apoyo de la población campesina.
La insurrección en Filipinas comenzó por el descontento de ciertos grupos
indígenas con la Administración española y con el excesivo poder de las órdenes religiosas.
obligando al gobierno español a enviar a nuevos
contingentes al mando del general Fernando Primo de Rivera.
LAS CONSECUENCIAS DEL 98.
Repercusiones económicas y políticas.
Se inició una política reformista, se esbozaron proyectos de descentralización
administrativa, y se impulsó una política presupuestaria que aumentaba los tributos sobre los productos de primera necesidad y creaba nuevos impuestos
para hacer frente alas deudas contraídas durante la guerra.
El espíritu de regeneración; en el gobierno había
durado escasamente un año.
El sistema de la Restauración había recibido un duro golpe, pero había
sobrevivido casi intacto al desastre.
El regeneracionismo.
Además, el desastre dio cohesión a un grupo de intelectuales, conocido como la
Generación del 98 (Unamuno, Valle Inclán, Pío Baroja, Azorín...).
Finalmente, la derrota militar supuso también un
importante cambio en la mentalidad de los militares, que se inclinaron en buena parte hacia posturas más autoritarias e intransigentes frente a la ola de
antimilitarismo que siguió al desastre.