A pesar de la leyenda genética de la esquizofrenia, que habla de un 80% de heredabilidad, de una concordancia del 40-50% entre gemelos monocigóticos y de una prevalencia del 1% a lo largo mundo (Keshavan et al., 2011; van Os y Kapur, 2009), lo cierto es que los estudios en que se basa (epidemiológicos, familiares, con gemelos y con adopciones) no aclaran nada en orden a identificar las pretendidas causas genéticas, conforme los genes y el ambiente parecen constituir una intrincada interacción (Leo, 2003; Pérez-Álvarez, 2011a).