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UTILIZACIÓN DEL MANUAL DSM-5 - Coggle Diagram
UTILIZACIÓN DEL MANUAL DSM-5
La Introducción
Contiene información sobre la historia y el proceso de desarrollo de la revisión del DSM-5.
Esta sección se ha diseñado como guía práctica para la utilización del DSM-5, en particular, en la práctica clínica.
El objetivo principal del DSM-5 consiste en ayudar a los profesionales de la salud en el diagnóstico de los trastornos mentales de los pacientes, como parte de la valoración de un caso que permita elaborar un plan de tratamiento perfectamente documentado para cada individuo.
Los síntomas que se incluyen en cada uno de los conjuntos de criterios diagnósticos no constituyen una definición integral de los trastornos subyacentes, que abarcan todos los procesos cognitivos, emocionales, de comportamiento y fisiológicos.
Abordaje para la formulación del caso clínico
La formulación del caso de cualquier paciente debe incluir una historia clínica detallada y un resumen detallado de los factores sociales, psicológicos y biológicos que pueden haber contribuido a la aparición de determinado trastorno mental.
la gravedad relativa y la validez de cada criterio individual, así como su contribución al diagnóstico, requieren un juicio clínico.
El objetivo final de la redacción de la historia clínica radica en la utilización de la información disponible sobre el contexto y el diagnóstico para elaborar un plan de tratamiento integral adecuadamente fundamentado en el contexto cultural y social del individuo.
Es imposible abarcar absolutamente toda la psicopatología en las categorías de diagnóstico que se están utilizando ahora.
Es necesario incluir las opciones de "otros especificados/no especificados" para aquellos cuadros que no se ajustan exactamente a los límites diagnósticos de los trastornos de cada capítulo.
Definición de Trastorno Mental
Ninguna definición puede abarcar todos los aspectos de todos los tras- tornos que contiene el DSM-5
Un trastorno mental es un síndrome caracterizado por una alteración clínicamente significativa del estado cognitivo, la regulación emocional o el comportamiento del individuo que refleja una disfunción de los procesos psicológicos, biológicos o del desarrollo que subyacen en su fun- ción mental.
Los trastornos mentales van asociados a un estrés significativo o a discapacidad, ya sea social, laboral o de otras actividades importantes.
Una respuesta predecible o culturalmente aceptable ante un estrés usual o una pérdida, tal como la muerte de un ser querido, no constituye un trastorno mental.
Los comportamientos socialmente anómalos (ya sean políticos, religiosos o sexuales) y los conflictos existentes principalmente entre el individuo y la sociedad no son trastornos mentales.
El diagnóstico del trastorno mental debe ser útil para que el médico determine el pronóstico, los planes de tratamiento y los posibles resultados terapéuticos en sus pacientes.
El diagnóstico de un trastorno mental no equivale a una necesidad de tratamiento.
El abordaje para validar los criterios diagnósticos de las distintas categorías de trastornos mentales se ha basado en los siguientes tipos de evidencia: factores validantes de los antecedentes, factores validantes simultáneos y factores validantes predictivos.
La regla más importante para establecer los criterios del trastorno del DSM-5 será su utilidad clínica para valorar su curso y la respuesta de los individuos.
Criterios de significación clínica
El comité elaborador del DSM-5 y la (OMS) han hecho importantes esfuerzos para separar los conceptos de trastorno mental y de discapacidad.
En ausencia de marcadores biológicos claros o de medidas clínicas útiles de la gravedad de muchos trastornos mentales, no ha sido posible separar por completo las expresiones de los síntomas normales y patológicos que se incluyen en los criterios diagnósticos.
Se ha utilizado el criterio general de exigir que haya malestar significativo o discapacidad al determinar los umbrales del trastorno.
Siempre que sea necesario se recomienda aprovechar la información de otros miembros de la familia y de terceros (además de la del propio afectado) sobre las actitudes del paciente.
Criterios diagnósticos y elementos descriptivos
Se plantean como directrices para establecer un diagnóstico y su utiliza- ción debe estar presidida por el juicio clínico.
Las descripciones en forma de texto del DSM-5, incluidas las secciones introductorias de cada capítulo, pueden ayudar a cimentar el diagnóstico.
Una vez hecha la evaluación de los criterios diagnósticos, será el médico quien decida la aplicación de los subtipos y/o especificadores del trastorno que considere más adecuados.
Hay que citar los especificadores de la gravedad y del curso para definir el estado actual del individuo, pero sólo cuando se cumplan todos los criterios.
Si no se cumplen todos los criterios, el clínico deberá considerar si la presentación de los síntomas cumple los criterios para poder ser denominada "otra especificada" o "no especificada".
Siempre que sea posible se indicarán los criterios específicos para definir la gravedad del trastorno, sus características descriptivas y su curso.
En función de la entrevista clínica, las descripciones del texto, los criterios y el juicio clínico se hace el diagnóstico final.
Subtipos y especificadores
Se indican subtipos y especificadores (algunos codificados en el cuarto, quinto o sexto dígito) para incrementar la especificidad.
Los subtipos se definen como subgrupos fenomenológicos del diagnóstico, mutuamente exclusivos y en conjunto exhaustivos, y se indican con la instrucción "especificar si" dentro del conjunto de criterios.
Se puede citar más de un especificador. Los especificadores se indican con la instrucción "especificar" o "especificar si" dentro del conjunto de criterios.
Los especificadores ofrecen la oportunidad de definir un subgrupo más homogéneo de individuos que sufren el trastorno y comparten determinadas características y aportan información relevante para el tratamiento del trastorno del individuo.
La mayoría de los subtipos y especificadores que se incluyen en el DSM-5 no se pueden codificar con los sistemas CIE-9-MC ni CIE-10-MC. En algunos casos, el especificador o el subtipo se puede codificar en la CIE-10-MC.
Los especificadores que se refieren al curso, deben enumerarse al final del diagnóstico y se indican en algunos conjuntos de criterios.
Cuando existen, se indican especificadores de gravedad para ayudar al médico a clasificar la intensidad, la frecuencia, la duración, el número de síntomas y otros indicadores de la gravedad.
Se han incluido especificadores descriptivos en el conjunto de criterios, que aportan información adicional capaz de fundamentar la planificación del tratamiento.
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