Ejemplo: Al tener lentes de contacto, debía cuidarlos muy bien, lo que significaba lavarlos con solución limpiadora todos los días, almacenarlos en una solución estéril y, una vez por semana, agregar unas cuantas gotas de algo llamado "limpiador enzimático". Pero olvidabas haberlo agregado y accidentalmente te colocabas los lentes sin lavarlos, te iban a arder los ojos unos buenos quince minutos. El problema era que la solución limpiadora contenía una o más enzimas, en este caso, reacciones que degradaban la película de moco ocular que se acumulaba en los lentes de contacto después de una semana de uso.