Podemos entender por agroecosistema cualquier tipo de ecosistema modificado y gestionado por los seres humanos con el objetivo de obtener alimentos, fibras y otros materiales de origen biótico (Gómez Sal, 2001).
La principal diferencia de los agroecosistemas con los ecosistemas (poco intervenidos), se basa en su dependencia de la gestión humana para asegurar su funcionamiento: producción, fertilidad, ciclo del agua, relaciones entre animales y plantas, mantenimiento de la calidad de los suelos, etc. Esto les confiere características propias y originales: agrobiodiversidad, regulación cultural, infraestructuras y paisaje agrario. Por todo ello, el papel e importancia de los seres humanos, tanto como especie biológica (consumidor), trasvase de energía y materiales, como en su vertiente cultural, en la estructura y funcionamiento de los agroecosistemas es consustancial e ineludible.
TIPOS DE AGROECOSISTEMAS
Pastoriles: cuando lo que se utiliza es la biomasa vegetal para alimentación de ganado, es allí cuando hablamos de sistemas agropecuarios.
Silvícolas: cuando se foresta con árboles, que en general son las especies que el hombre considera de interés económico. Pudiendo hablarse de sistemas silvopastoriles cuando se asocian árboles y pastizales para el ganado.
Cerealeros: cuando lo que se produce son cereales, maíz, sorgo, maní, soja, girasol, algodón, trigo, cebada, colza, centeno, mijo, alpiste, etc.
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