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MODELO SPSICOSOCIALES PARA LA PROMOCION DE SALUD Y PREVENCION DE…

- - - - a) la estimación del individuo de las consecuencias que tendrá la conducta, y
      - b) su evaluación de aquellas consecuencias
    - - (a) las creencias normativas de la persona (cómo otros grupos o personas piensan que él o ella debería comportarse), y
      - (b) la motivación de la persona para conformarse a estas expectativas
- - - - El concepto de control conductual percibido sería similar al ya mencionado concepto de auto-eficacia (Bandura, 1982), ya que ambos reflejarían el grado en el cual las personas creen, que ya sea factores propios o del ambiente, podrían determinar que sus intenciones conductuales lleguen a transformarse en conductas
- - - - Sólo de esta manera se contará con la información crítica para diseñar intervenciones adecuadas de promoción de salud que mejoren la ejecución de conductas particulares en grupos específicos
        
        Información y conducta de salud
        
        De acuerdo con el modelo, la información que es relevante para la práctica de una conducta de salud es un prerrequisito crítico para el inicio y la mantención de tal conducta.
        
        Por esto, las intervenciones destinadas a la promoción de conductas de salud deben transmitir información de tipo muy específico.
        
        Motivación y conducta de salud
        
        El modelo plantea que la motivación para llevar a cabo conductas de salud se basa en motivación personal (actitudes hacia la práctica personal de tales conductas), motivación social (normas sociales y percepción de apoyo social para la ejecución de la conducta) y, en algunos casos, ciertas respuestas emocionales.
        
        Habilidades conductuales
        y conducta de salud
        
        El modelo también plantea que las habilidades conductuales para realizar una secuencia de actos de promoción de salud determinarán si el individuo será capaz de involucrarse en conductas de salud efectivamente
        
        Además del gran apoyo empírico que ha logrado este modelo en el campo de la conducta preventiva del HI V en distintas poblaciones de riesgo (Fisher y otros, 1994), también existe evidencia de su aplicabilidad en otras conductas de salud.
        
        A partir de esta muy rápida revisión se puede concluir que, aunque todavía es necesario generar mucho más conocimiento específico -y, tal vez, desarrollar modelos explicativos más integrales de las conductas de salud-, existen ya varios modelos con suficiente respaldo empírico que proporcionan marcos teóricos sólidos tanto para la investigación como para diversos programas de promoción y prevención en salud.