Luego de vencer a los monárquicos, Cromwell suprimió la Cámara de los Lores, que estaba integrada por la alta nobleza y el clero. Así, su gobierno se transformó en una dictadura, que se apoyó en el ejército y la Cámara de los Comunes, que representaba a la gentry, formada por la baja nobleza y la burguesía. Sus medidas más importantes fueron la sanción de las Actas de Navegación y la tolerancia hacia los judíos, que pudieron regresar a Inglaterra en 1655. En 1657, aceptó la potestad ofrecida por los Comunes de nombrar a su sucesor, pero declinó el título de rey y solo conservó el de Lord Protector. Luego de su muerte, en 1658, asumió su hijo Richard, quien no tenía el mismo carisma que su padre y renunció al poder.