Algunos filósofos cristianos medievales vincularon la distinción entre seres contingentes y necesarios con su doctrina de la creación. Según su explicación, la creación es el acto por el que el ser necesario, Dios, proporciona la existencia a los seres creados. Estos son todos contingentes y, por tanto, tienen la posibilidad de existir. Dios, con su acto de Creación, hace que dicha posibilidad se realice.