Actualmente el proceso de oseointegración no solo se lleva a cabo en piezas dentales, sino en aquellas áreas de personas que han perdido alguna de las extremidades, huesos maxilares, como soporte de aparatos auditivos externos o B.A.H.A., como tratamiento de reemplazo articular en pacientes con artritis reumatoide deformante o lupus eritematoso sistémico que haya atacado las articulaciones, entre muchos otros usos.
El implante, principalmente utilizado, es de titanio debido a su biocompatibilidad, resistencia y a que el óxido de titanio forma una capa inerte y altamente estable sobre la superficie del mismo.