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“Desarrollo psicosocial en la tercera infancia”, . - Coggle Diagram
“Desarrollo psicosocial en la tercera infancia”
Cerca de los siete u ocho años de edad, los niños alcanzan la tercera de las etapas neopiagetianas en el desarrollo del autoconcepto. Los juicios acerca del yo se vuelven más realistas y equilibrados a medida que los niños formar estas representaciones.
Concepto del "ser apto o no ser apto"
puede comparar su yo ideal con su yo real.
Autoestima: Uno de los principales determinantes de la autoestima, según Erikson (1982), es la perspectiva de los niños acerca de su capacidad para el trabajo productivo.
Industria vs inferioridad. Los niños necesitan aprender las habilidades que son valoradas en su sociedad.
La virtud o fortaleza que se desarrolla con la resolución exitosa de esta etapa es la competencia, un punto de vista del yo como capaz de dominar habilidades y terminar tarea.
Los padres tienen una fuerte influencia en las creencias sobre la competencia. En un estudio longitudinal con 514 niños estadounidenses de clase media, las creencias de los padres acerca de la competencia en matemáticas y deportes de sus hijos tuvieron una fuerte asociación con las creencias de los niños.
Crecimiento emocional:
A medida que los niños crecen, están más conscientes de sus sentimientos y de los de otras personas. Pueden regular mejor sus emociones y pueden responder a la angustia emocional de los demás(Saarni et al., 1998)
Estas emociones afectan sus opiniones de sí
mismos (Harter, 1993, 1996). Los niños también comprenden sus emociones conflictivas.
La autorregulación emocional implica un control esforzado (voluntario) de las emociones, atención y comportamiento (Eisenberg et al., 2004).
Para los siete u ocho años de edad, es típico que los niños adquieran conciencia de los sentimientos de vergüenza y orgullo, y tienen una idea más clara de la diferencia entre culpa y vergüenza
Conducta prosocial:
Los niños en edad escolar adquieren más empatía y están más inclinados a la conducta prosocial.
Los niños prosociales suelen actuar de manera apropiada en situaciones sociales, estar relativamente libres de emoción negativa y afrontar los problemas en forma constructiva.
Los padres que reconocen los sentimientos de angustia de sus hijos y que les ayudan a lidiar con su angustia fomentan la empatía, el desarrollo prosocial y las habilidades sociales.
Cuando los padres responden con desaprobación o castigos, las emociones como el enojo y el temor se pueden volver más intensas y quizá obstaculicen la adaptación emocional (Fabes, Leonard, Kupanoff y Martin, 2001) o el niño puede volverse receloso y ansioso acerca de estos sentimientos negativos.
Atmósfera familiar: Las influencias más importantes del ambiente familiar sobre el desarrollo de los niños
provienen de la atmósfera dentro de la casa.
Un factor que contribuye es qué tan bien manejan los padres las necesidades de crecimiento de sus hijos en edad escolar y su capacidad para permitir que éstos tomen sus propias decisiones.
Afectan aspectos los recursos económicos y afectivos.
Temas de crianza infantil: corregulación y disciplina: Cambios graduales de conducta
Etapa de transición llamada corregulación, en la que padres e hijos comparten el poder. Los padres supervisan el comportamiento del niño, pero los niños disfrutan de autorregulación en momentos específicos.
Cumplir con deseos parentales
Menos manejo directo más discusión entre padres e hijos.
El cambio a la corregulación afecta la manera en que los padres manejan la disciplina (Maccoby, 1984; Roberts, Block y Block, 1984). Los padres de niños en edad escolar tienen mayor probabilidad de emplear técnicas inductivas.
La manera en que los padres e hijos resuelven los conflictos quizá sea más importante que los resultados específicos. Si el conflicto familiar es constructivo, puede ayudar a los a ver la necesidad de reglas y normas. También aprenden qué tipos de temas valen la pena de discutirse y qué estrategias pueden ser eficaces.
Los niños cuyas madres utilizaban métodos disciplinarios que provocaban culpa (“¡Estoy ta-a-a-an decepcionada de ti!”),pero que también eran muy afectuosas, tendieron a desarrollar problemas de conducta,quizá debido a que las madres comunican mensajes inconsistentes o hacen que sus hijos sean demasiado dependientes en el sentido emocional de la aprobación materna
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