Entonces se propone una función educativa adecuada de la administración pública, sencillamente porque estas reparticiones públicas, como tienen relación directa, permanente y continuado con el pueblo boliviano, es la mejor oportunidad para desplegar la función educativa cívica y con valores; en cuya virtud las labores de las y los servidores públicos que se imputan a la administración pública, debe ejercer sus funciones direccionando, guiando, y orientando el proyecto de vida de los individuos; proporcionar consejos de la vida y para la vida, suministrar insumos para la toma de decisiones individuales de cada uno de los miembros que compone la sociedad, etc., donde no cabe por supuesto la autoridad como simple poder o potestad pública lo que es un error, es decir no debe ser mandar por mandar,