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¿Es la voluntad una facultad espiritual? - Coggle Diagram
¿Es la voluntad una facultad espiritual?
Estado de naturaleza
En estado de naturaleza la voluntad es una potencia pasiva respecto de su fin último: la felicidad.
Es una capacidad irrestricta de querer que todavía no quiere nada en concreto. No obstante está abierta constitutivamente al fin último, a ser enteramente feliz.
La completa felicidad para una potencia que es capaz de querer irrestrictamente sólo se la puede proporcionar un bien inmaterial infinito. Negarlo implica afirmar que la voluntad humana es absurda, puesto que ¿para qué una capacidad de querer cada vez más si no hay un bien último irrestricto que la sacie?
Si no es absurda y no carece de fin, debe perseguirlo.
Pasividad
La voluntad es al inicio potencia pasiva, No actúa por propia iniciativa, sino que necesita del concurso de varias instancias para ponerse en marcha.
Ayudas de la voluntad
Inteligencia: una de las ayudas de la voluntad es la inteligencia, en concreto, la razón práctica. Sin la presentación de objetos como bienes por parte de la inteligencia, la voluntad nada puede querer.
Otras instancias de las que requiere son la sensibilidad humana, y los apetitos o tendencias sensibles, pues por ellas se adapta a bienes mediales en su búsqueda del bien final.
A pesar de eso, la voluntad requiere más ayudas y más poderosas que las precedentes. Requiere el respaldo de la persona.
Inmaterialidad
Se puede demostrar que la voluntad es una potencia inmaterial mediante los siguientes argumentos:
El objeto de la voluntad
El objeto propio de la voluntad no es sólo el bien particular material sensible, sino también el bien en universal.
Si la voluntad puede referirse a lo universal, no es material, porque nada de lo material es universal
Apertura
La voluntad está abierta a querer todo lo real, y también a todo lo posible, e incluso a lo irreal.
Ello es así, porque de todo lo que conocemos podemos tener voluntad, es decir, podemos quererlo.
Posibilidad de quererlo todo indica carencia de soporte orgánico que limite el querer dentro de un marco.
Negar
La voluntad niega, e incluso se niega, pero no por ello desaparece. En efecto, puede incluso querer no existir o querer la nada, y no por ello deja de existir o se resuelve en la nada.
En cambio, si los apetitos sensibles se negasen, no apetecerían, es decir, desaparecería su tendencia.
Por lo tanto, dado que la voluntad no desaparece al negarse, es una facultad inmaterial.
Crecimiento indefinido
El querer de la voluntad puede crecer indefinidamente.
Las potencias sensibles, por el contrario, son susceptibles de crecimiento, pero hasta cierto punto. El límite lo ofrece su mismo soporte orgánico.
Capacidad de crecimiento irrestricto indica carencia de límite, y en consecuencia de soporte orgánico.
El crecer de esta potencia se denomina virtud. La virtud se puede acrisolar cada vez más.
Ese crecer otorgado libremente por la persona a su voluntad eleva a esta potencia al orden personal, al orden del espíritu, o sea, la personaliza. Por eso se puede también llamar a la voluntad potencia espiritual.
Referencia de sí misma
La voluntad se puede referir a sí misma, y ello es señal de inmaterialidad. Se puede querer querer (o no querer).
Nada de lo material se refiere a sí.
Por lo tanto, la voluntad es una facultad inmaterial.