A pesar de las protestas, los atentados y una sublevación católica por su reelección, Álvaro Obregón aceptó el reto presentándose nuevamente a las elecciones del 1 de julio de 1928, en las que ganó por amplia mayoría.
Sin embargo, Obregón no llegaría a gobernar. Mientras comía con sus correligionarios en el restaurante La Bombilla, en villa de San Ángel, D.F. de México, un fanático católico llamado José de León Toral lo asesinó. De este modo violento acabó la vida del hombre que, después de diez años de guerra civil, había procurado dar paz y estabilidad a su patria.