Antes de la dolarización, de 1990 hasta 1997, se evidenció una clara tendencia a la baja de estos
tres indicadores reflejando, en esos años, una mejoría en las condiciones de vida de la población. En los años de la crisis financiera, 1998 y 1999 se evidenció un claro deterioro en los tres indicadores, llegando a los máximos históricos (46% de incidencia, 29% de brecha y 11% de severidad).