EJEMPLO:
(Horacio)
Debemos ser tan indulgentes con las faltas del prójimo como el padre con las de sus hijos; éste, si tiene un chico bisojo, dice que tuerce algo la vista; si es un enano, tan menudo como el aborto de Sísifo, le llama su pimpollo; si anda con las piernas torcidas, lo encuentra estevado, y poco derecho si se tambalea sobre los talones…