Este autor propuso distinguir claramente entre la Economía Política (Political Economy), considerada como ciencia positiva (el estudio del «ser», del «cómo son» las cosas, de los hechos), y Economía Aplicada (Applied Economy), el llamado «arte», que debía definirse como una rama de la filosofía política y social interesada en las cuestiones económicas. Entre ambas, J. N. Keynes sitúa otra división o territorio, al que hay que considerar como una rama de «la Ética de la Economía Política», donde se combinan las funciones del moralista y las del economista.