Este manifiesto es una mina de oro en cuanto a la protección de derechos, ya que en realidad este documento se emite por y para evitar que se cometieran las mismas vejaciones realizadas en los campos de concentración judíos, siendo la cabeza de los experimentos el doctor Mengele. Por lo mismo a partir de esto, siempre se debe evitar cualquier tipo de sufrimientos en los sujetos que hayan consentido de manera voluntaria su participación en la investigación por lo que queda totalmente prohibido seguir con el experimento cuando haya pronóstico de que la posibilidad de muerte o cualquier daño por más mínimo que sea, es inviable la investigación, pero esto no solo queda por escrito, sino que debe estar en la conciencia profesional y moral de cada médico e investigador, ya que ellos deciden hasta donde llega el experimento, pero si hubiera el caso de que el médico quiere seguir adelante, la persona afectada puede decidir libremente el salir de ahí, porque el consentimiento informado debe incluir todo aquello que se le va a realizar, pero si se sale de eso tanto en el marco legal como empírico es su derecho abandonar la investigación.