Cada persona humana, recordemos, es más que la naturaleza y esencia humanas. El modo distinto de encarnar la naturaleza y de activar la esencia por parte de la mujer complementa al del varón, de modo que los dos son complementarios en cuanto a la naturaleza y esencia, no en cuanto a la persona . Entre ambos forman una única naturaleza y esencia: la humana, que no es viable por separado. Si la naturaleza y esencia humana no son viables separadamente, y el obrar propio de ellas sigue al modo propio de ser de éstas, todas las manifestaciones humanas, la ética, la educación, el trabajo, la cultura, la técnica, la economía, etc., son tan propias del varón como de la mujer, si bien con modulaciones distintas.