Los servicios de atención de salud generan en su mayor proporción desechos de bajo riesgo (desechos comunes), solo una pequeña parte de los desechos, aproximadamente el 10%, tienen características infecciosas y un 5% de ellos tienen otras características peligrosas que pueden tener efectos para la salud y el ambiente, por lo que deben tener un tratamiento diferenciado en relación con los desechos de bajo riesgo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayoría de los desechos de los establecimientos de salud corresponden, entre otros, a los servicios administrativos y de cocina y limpieza de las instalaciones y también pueda incluir residuos de envases y desechos generados durante el mantenimiento de los establecimientos.