El cierre de fuerza requiere que se aplique una fuerza externa a la junta para mantener los dos eslabones, leva y seguidor, en contacto físico. Esta fuerza es proporcionada por un resorte, y se define como positiva en una dirección que cierra la junta. No puede permitirse que sea negativa, pues si es así, los eslabones pierden el contacto porque una junta con cierre de fuerza sólo puede empujar, no jalar.