• Aceptan la intervención del Estado en la economía, como árbitro o promovedor de la libre competencia, pero lo restringe hasta despojarlo de la posibilidad de garantizar los bienes comunes mínimos que se merece todo ciudadano por ser persona
• Se oponen a la fijación compulsiva de salarios por el Estado
• Rechazan la regulación de precios por el Estado, ya que deben fijarse con base en la relación oferta/demanda.
• Se oponen a la creación compulsiva de empleo, eliminando los programas generales de creación de oportunidades para todos y los sustituye por apoyos ocasionales a grupos focalizados
• Se oponen al gasto público burocrático, privatizando empresas bajo la premisa de que la administración privada es mejor que la pública
• Defienden el libre comercio internacional, abriendo las fronteras para mercancías, capitales y flujos financieros y deja sin suficiente protección a los pequeños productores.