La libertad es la capacidad de elegir, de actuar. Exige sin duda, un orden que regule las relaciones interpersonales; como principio para establecer límites y permitir que el otro ejerza también su libertad. El ejercicio de la libertad entre los seres humanos conduce a un elemento esencial: el respeto. Respetar al otro es tratarlo con dignidad, con justicia, mediante una relación simétrica, sin importar niveles económicos, intelectuales o
sociales. Sólo por el simple hecho de ser persona.