Si es un paciente “pasivo”, obediente y disciplinado, que aceptan las indicaciones y no suele objetar ni preguntar, es conveniente llevarle a unas actitudes algo más activas y responsables.
Si se trata de un paciente “impaciente”, disconforme, a veces agresivo,
con actitudes que provocan enfrentamiento y rechazo
Si se trata de un paciente “activo”, demandante, responsable y sobre informado, que inicialmente provoca un esfuerzo en la atención por parte del Profesional.