se ha reportado el manejo de la oclusión mediante el uso de resina de árbol, trozos de tocino, carne o grasa, aceite mineral, petrolato, cera, pegamento, yeso, tabaco, ceniza, insecticidas, barniz de uñas, goma de mascar, tela adhesiva o apósitos con emplasto basado en aceite, en el orificio de la larva, lo que induce la salida parcial de la misma para respirar, causando que la larva muera, lo cual facilita su extracción manual con pinzas.