Euclides no es reconocido profesor que hace ejercicio regularmente, aunque algún sábado juega vóley de a tres con sus amigos y de a vaso de cerveza por punto y cambio de batida. Eso sí, nunca dejó de comer las delicias populares de todo buen “guatón”: encebollados con pan y chifles, mote con chicharrón, guatita con aguacate, ceviches mixtos, caldo de 31, hornado de Sangolquí con tortillas y tomar cerveza helada, “unas dos para matar la calor”
Hace 5 años, en una revisión médica obligatoria en el dispensario del IESS anidado en el colegio, fue diagnosticado diabetes e hipertensión arterial, siendo la indicación prioritaria que bajara de peso ayudado por una dieta más ordenada y saludable y por la realización de ejercicios cotidianos. Esto lo asumió como un infortunio, y a los pocos días viajo cal santuario de Nuestra Señora de Baños de Agua Santa para demandar por un milagro que le devolviera a su modo de vida anterior
Este nuevo régimen terapéutico lo cumplió con fe y devoción al pie de la letra. Es más, notaba que iba mejorando, por lo que dejó de cumplir las indicaciones previas de su médico. Al poco tiempo se instauró nuevamente el deterioro de su cuerpo y sentimientos. Por lo cual volvió al medico, el cual le comentod de buenos modos y respeto que ningún tratamiento servía si no cambiaba su manera de vivir y esto le mortificó hondamente
Al retorno luego de una semana de tratamiento intenso que incluyó alguna sesión de vuelo con ayahuasca, en el control de la entrada a Quito. Le llevaron a una carpa donde una se le realizó una prolija revisión e indicó la urgencia de llevarle a un hospital para su atención. Su familia se enteró por una llamada telefónica del hospital que el inefable Profesor Euclides estaba contagiado de Covid 19 y estaba en la unidad de cuidados crítico.