Estos artistas están persuadidos de que la percepción cotidiana oculta y enmascara la esencia de la realidad y que, para llegar a ésta, es necesario comenzar de nuevo, sin prejuicios, sin dogma, como el niño que contempla y ve ingenua, pero genuinamente, el mundo tal como es
La visión infantil representaría una suerte de rectitud original respecto de la actitud habitual y pragmática con que el hombre se enfrenta con el mundo y con las cosas.
En la infancia, en cambio, el contacto con el mundo es más espontáneo y original y por eso mismo más auténtico, más real.
La obra de arte buscaría rincones y ángulos de percepción diferentes a los rutinarios y habituales y de esta suerte pondría al hombre en contacto con las realidades ocultas que están más allá de las apariencias.