El aula posee una estructura material y una estructura comunicacional. Esta doble dimensión nos da cuenta de la complejidad que caracteriza a las prácticas y supone un interjuego de múltiples elementos entre la materialidad, docentes y alumnos, mesas o bancos escolares, cuadernos, pizarrones, y la estructura de jerarquización y relaciones de autoridad, como estructuras de gobierno.