El diseño de un programa de intervención

Habitualmente, el problema a resolver es una incertidumbre, una necesidad a reducir, una conducta inapropiada que se busca eliminar o modificar, o una apropiada que se desea implantar o incrementar.

Una vez planteado el objetivo general, hay que traducirlo en términos específicos para desde ellos poder construir un programa de intervención.

Establece una serie de objetivos intermedios, tales como crear recursos/herramientas específicos que faciliten la participación en igualdad de la población extranjera, formar en interculturalidad, detectar situaciones de discriminación, y otras medidas.

Los problemas que el interventor o los interventores deben afrontar no sólo tienen un ángulo de abordaje psicosocial, sino que para resolverlos se pueden adoptar diferentes perspectivas.

Sumar conocimientos y experiencias de diferentes disciplinas, perfiles profesionales y especialistas, y saber combinarlos es un ejercicio complejo, pero constituye una garantía de éxito de estos programas de intervención.

Si abordamos el problema sólo desde una perspectiva psicosocial, estaremos haciendo también un flaco servicio a la comunidad ya que habrá aspectos que dejaremos inexplicablemente de lado.

La relación que establecemos con los problemas sociales es necesariamente en modo de acción-reacción.

Para cambiarlos tenemos que conocerlos, y cambiarlos nos ayuda a conocerlos.

El proceso de intervención se convierta realmente en una interacción en el sentido más estricto del término: el equipo de intervención y la realidad social pueden cambiar como resultado de la interacción propiamente dicha, alcanzando tras ella un estado y una relación mutua diferentes a la inicial.

Nuestro interés al diseñar una intervención nunca se produce en el vacío, sino que nace cuando identificamos un problema que necesita ser resuelto.

Los problemas sociales rara vez se definen sobre la base de criterios estrictamente científicos.

Se definen y se seleccionan en términos de juicios de valor, políticos e ideológicos.

El primer paso en el diseño de un programa de intervención dirigido a resolver un problema que se ha detectado es la identificación y definición del mismo.

La intervención puede plantearse como consecuencia de un deseo de resolver un problema actual o de prevenir problemas futuros.

Para diseñar la intervención es esencial establecer un enunciado descriptivo del problema en términos que nos permitan comprender y compartir con el resto del equipo de intervención su problema y sus manifestaciones.

Como segundo paso es necesario que analicemos el problema o necesidad sobre el que pretendemos intervenir.

Necesitamos saber en qué consiste y debemos explorar, analizar y medir el acontecimiento problemático.

La evaluación del problema o necesidades es parte del proceso de diseño de un programa.

Es más que aconsejable analizar qué se ha hecho hasta la fecha en otras comunidades o en otros programas y con qué resultados.

Estableceremos qué método o métodos de evaluación o de medida de las conductas problema vamos a utilizar.

La intervención social utiliza los instrumentos propios de la investigación social, bien sean de naturaleza cuantitativa, o bien de naturaleza cualitativa.

Cómo evaluar las necesidades o los problemas es un elemento necesario del diseño del programa de intervención.

Debemos dejar establecido cómo estudiaremos el alcance del problema en el grupo o comunidad de que se trate y cómo identificaremos los recursos potenciales de los que se dispone para abordar problemas, si es que existen.

En todo el proceso de evaluación no podemos dejar de lado el contexto bajo el cual se realiza.

La modalidad de intervención que elijamos se refiere a la selección de unos métodos particulares apropiados para la solución del problema y para la población afectada en su contexto particular.

Estas decisiones implican elecciones sobre orientaciones, modalidades, estrategias y técnicas. Así, designar una familia como cliente determina que nuestro trabajo tendrá que utilizar unas estrategias y técnicas específicas, que se ajustan a ello.