Posee una cualidad rítmica especial, conocida con el término swing, definido como la pulsación dinámica, no reducible a sistema, que trasciende la interpretación, lo hace inconfundible y le otorga un carácter muy sensual. Con este término también se designa una de las etapas de la evolución del jazz, «era del swing» (1940), caracterizada por un estilo rico en grandes improvisadores.