Grecia es considerada la cuna del
teatro en Occidente, a partir de una
serie de rituales que se celebraban en
honor al dios Dionisios (fiestas
dionisíacas), divinidad que
representaba la vegetación, la
fertilidad, las cosechas, la vid, el vino.
Estas celebraciones eran en
agradecimiento y también para pedir
buenas cosechas.