En la mayoría de las personas, parte del lóbulo temporal izquierdo controla la comprensión del lenguaje. Si esta parte está dañada, la memoria verbal suele estar considerablemente alterada, así como la habilidad para entender el lenguaje, lo que se llama afasia de Wernicke (receptiva) (véase la tabla Reconocimiento de una persona con afasia).
Si ciertas áreas del lóbulo temporal derecho están dañadas, se ve afectada la memoria para los sonidos y la música. En consecuencia, las personas pueden tener problemas para cantar.
Si se lesionan ambos lados del lóbulo occipital, la persona afectada no puede reconocer objetos con la vista, aunque sus ojos funcionen con normalidad. Este trastorno se llama ceguera cortical. Algunas personas con ceguera cortical no se dan cuenta de que no pueden ver. En lugar de reconocerlo, con frecuencia elaboran descripciones de lo que ven (lo que se denomina confabulación). Este trastorno se denomina síndrome de Anton.
Un trastorno convulsivo que afecte el lóbulo occipital puede provocar alucinaciones en la visión. Por ejemplo, pueden verse líneas de color cuando se mira en una dirección determinada.