Desde 1990, todas las constituciones latinoamericanas han sido reformadas al menos una vez y, como señala David Munck (2004), as reformas han sido generalmente importantes, pues modificaron las reglas de juego. una nueva ola de democratización, estas reformas a menudo respondieron a los intereses más inmediatos de los líderes políticos, que parecen no (querer) distinguir entre el diseño institucional y la práctica política, cuando las reglas no funcionan a su favor.
A continuación se sistematizan los mecanismos de democracia directa en América del Sur, considerando el esquema propuesto en el punto anterior: las consultas obligatorias,
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